Cuenca es una ciudad arraigada en las montañas de la zona centro-este de España. Originalmente fundada por los árabes, sigue conservando el recinto histórico amurallado, con sus empinadas calles empedradas y sus ruinas de castillos medievales.

Algunos lugares imprescindibles son:

Las “casas colgadas”: símbolo de la ciudad. Realizadas en mampostería, con sillares en las esquinas y asentadas en ménsulas, se asoman al río desde sus balcones de madera voladizos sobre el acantilado.

Plaza Mayor: En ella se encuentran el Ayuntamiento, un edificio de estilo barroco del tiempo de Carlos III con tres arcos de medio punto, el Convento de las Petras y la catedral de Nuestra Señora de Gracia, del s. XII. Además, adosado a la catedral, está el palacio Episcopal que alberga el Museo Diocesano.

Catedral de Santa María y San Julián: La Catedral fue el primer edificio que se construyó en Cuenca tras la reconquista, en el que se mostró todo el esplendor del poder eclesiástico. Tuvo varias fases en su edificación, reformas, ampliaciones y variaciones que salpican su estilo, claramente gótico normando, con algunas reminiscencias románicas y aportaciones posteriores como el plateresco, cisterciense o barroco. La fachada se derrumbó por lo que la actual es del siglo XX.

Autor: María Garrido/blog. cjo.pl

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